Semana cultural en Novaschool

Día 1. Desde la nave puedo observar lo que parece ser un colegio, ya que es similar a las edificaciones que había en países ya visitados. No tenía previsto aterrizar aquí, pero algo ha fallado y mientras lo soluciono no me queda de otra. Me dispongo a dejar la nave, no sin antes haberla escondido bien.

Abandono la nave y comienzo a explorar la zona. Novaschool, jumm. Si, es un colegio. Me dirijo hacia unas voces que se escuchan al fondo del pasillo. Intento que nadie me vea. Desde mi posición puedo observar dos seres más altos y otros seres diminutos que chillan, lloran y corren por el habitáculo. Son un poco raros.

Me llevo un susto de muerte al escuchar sonar un timbre muy alto. Decido esconderme en un armario durante lo que parecer ser una hora.

Durante mi estancia en el armario, he podido observar que tienen muchos juguetes, por lo que opto por adquirir la forma de una pelota azul por temor a ser descubierto.

Salgo del armario. Para mi sorpresa, parece que he vuelto a cambiar de lugar, pero ¿cómo? Spaghettis y macarrones por todos lados. Uno de los seres pequeños me coge y me lanza. Aterrizo en otra aula (o así las llaman aquí dentro) donde escucho música italiana sonando y banderas italianas y europeas decorando los rincones. ¿Estoy en Italia?

Decido volver a la nave. Mañana será otro día.

Día 2. Salgo de la nave. Llego rodando hasta un aula donde aún no hay muchos seres pequeños. Empiezan a llegar en manada.

Parece que ya están todos. Son muchos. Se sientan en círculo en el suelo. De repente, el ser más alto hace una especie de magia y nos trasladamos a África. Hay timbales e instrumentos de percusión. Es bastante divertido.

no de los niños (he podido averiguar que así llaman a los seres más pequeños) me coge y va corriendo a otro aula. Me lanza y caigo justo a tiempo para escuchar una historia sobre África que están contando. Los seres más altos saben mucho y con la historia africana nos dejan a todos ensimismados.

Me dirijo de vuelta a la nave para informar a mis superiores de todo lo que aquí realizan. Ser una pelota, cansa mucho.

Día 3. Hoy he decidido abandonar la nave más tarde. Cuando llego a una de las aulas en la que pone “bebés”, olores a especias me transportan. Hay arroz y un oso panda. Estamos en Asia. Los niños parecen disfrutar mucho.

El ser más alto, comienza a bajarlos de sus sillas. Unos cuantos vienen hacía mi corriendo. Nunca he sido tan importante. No dejan de chuparme y morderme. ¡Socorro!

Día 4. Sigo vivo. Conseguí salir de aquél aula, aunque no fue fácil. Temí por mi vida. Estoy ansioso por ver qué descubriré hoy. Me dispongo a dejar la nave.

Cuando llego a otra clase (además de aulas, también llaman así a los habitáculos), hay niños corriendo vestidos de indios. Me lanzan a otra aula donde suena música country y están haciendo una barbacoa. ¡Hay perritos calientes! Con lo que me gustan y yo siendo una pelota. ¡Estamos en América!

Me doy cuenta que vuelvo a estar en el aula que ponía “bebés”. Huyo de allí.

Día 5. Cuando salgo de la nave y me dirijo a las clases, hay mucho más silencio. Se escuchan risas, asombro. Ruedo hasta un aula y veo a todos los niños embobados mirando al ser más alto que ahora está sentado en una silla: está contando una historia con un libro. Los niños están encantados. Me pongo a escuchar la historia (luego la podré contar yo en mi planeta) y es súper divertida.

Sigo yendo de una clase a otra y en cada una hay historias diferentes, a cada cual más interesante. Hablan de cerditos, de orugas glotonas y de mariposas. ¡Además puedo asistir a una obra de marionetas! El ser más alto, al terminar su historia grita: ¡Feliz día del libro! Todos aplauden. Estos seres son peculiares, pero me caen bien.

Hoy decido quedarme un poco más explorando. Mi nave está casi arreglada y ya mismo termina mi expedición. Han sido unos días (5 en total) bastante chulos. Hacen cosas muy alegres en este cole (cole es el diminutivo de colegio, lo usan mucho también) y siento que he aprendido un montón sin darme cuenta.

Ahora todos están alimentándose. Parece que la comida les gusta y tranquiliza. Nadie chilla ni corre. Uno de los seres altos (por lo que he podido deducir, entre ellos se llaman seños. Ni idea) me coge y me saca del aula. Alguien abre una puerta grande negra y el viento me arrastra hasta un porche que parece la entrada. Estoy delante de un cartel en el que pone: “SEMANA CULTURAL”.

No sé que será eso de la semana cultural, pero lo que sí sé es que quiero volver. Parece que he viajado alrededor del mundo sin salir de aquí.

Voy de camino a mi nave para poner rumbo a casa. Mostraré a mis iguales todo lo que los terrícolas me han enseñado a mí.

¡Adiós Novaschool, nos vemos pronto!

Este sitio Web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para facilitar la navegación y para recopilar información estadística sobre su navegación. Para continuar tiene que aceptar su uso. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar